viernes, 29 de octubre de 2010

UN RAYO DE LUZ

Hay quien piensa que la política se ha convertido en un diálogo de sordos. Que cuando quien preside habla, la oposición se opone, independientemente de lo que el otro argumente. Y lo mismo pasa cuando el que expone fue quien antes se opuso. Como digo, la sensación de que en política las cosas están bien o mal sólo dependiendo de quien las diga está muy asentada en la sociedad. Y lo peor es que la ciudadanía parece contagiarse de esa actitud tan de patio de colegio.

Dicen las encuestas que si hoy hubiera elecciones en la Comunidad Valenciana, volvería a ganar el PP. Y eso a pesar de las tramas Gurtel y Brugal o el caso Fabra, todas ellas con su dedo acusador apuntando a los máximos dirigentes populares. Pero a sus votantes eso parece no importarles. La indolencia del que deposita la papeleta en la urna parece estar a la altura de la capacidad del político de turno para convencerle de que los otros, en su misma situación, lo hubieran hecho peor.

Pero estos días, ha aparecido una noticia en prensa que nos hace albergar esperanzas. Un pequeño rayo de luz que nos invita a ser optimistas. Y es que el PP y el Partido Socialista de la Comunidad Valenciana parecen haberse puesto de acuerdo en algo. Una mente ingenua podría pensar que se trata de algún paquete de medidas para combatir la crisis o de cierto posicionamiento legislativa para acabar con la corrupción política. Pero no. Esos son temas que tendrán que esperar su turno. En lo que los dos principales partidos políticos de nuestro país se han puesto de acuerdo es en aprobar un gasto de casi un millón de euros en amueblar Les Corts, el nuevo edificio que recibirá a los grupos parlamentarios. Con la que está cayendo, a nuestros políticos les ha parecido necesario gastar 400 € en cada silla, 130 € en cada dispensador de jabón o 3.000 € en cada despacho del edificio, amén de los 4.600 € que cuesta la mesa de conferencias. Cierta diputada, además, ha tenido la desfachatez de decir que este gasto era necesario para poder trabajar con dignidad…

En fin, que va a ser verdad que hay cosas en las que tanto gobierno como oposición no son tan distintos, y yo no sé si reírme o echarme a temblar.

martes, 26 de octubre de 2010

EL MENSAJE DE RAJOY

Hasta el día de hoy no había sentido la necesidad de comentar aquí las palabras del alcalde de Valladolid, el “popular” León de la Riva, acerca de los morritos de la ministra Leire Pajín. Sus palabras eran lo suficiente y objetivamente reprobables como para que yo sintiera que no tenía nada más que aportar a lo ya dicho. Pero después de conocer hoy que el líder de su partido, el señor Rajoy, le mandó un mensaje al móvil mostrándole todo su apoyo, mis dedos han sentido la compulsiva necesidad de cabalgar por mi teclado para abordar el asunto. Y no es que ahora piense que lo que diga pueda aportar nada a lo ya expresado del tema; mi motivación es mucho más visceral y sólo responde a la necesidad de vomitar –en sentido metafórico, aunque puede ser que la expresión sea más humana de lo que imaginaba- sobre el folio en blanco.

El audaz y verborreico alcalde se jacta ahora de haber recibido un sms en el que Rajoy lo disculpaba. Mientras tanto, el PP, ni confirma ni desmiente. Su portavoz en el congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, a quien imagino que los morritos de la Pajín no deben despertarle ningún interés especial –aunque estas cosas nunca se saben- dice que lo importante es que el señor de la Riva ya pidió disculpas. Y digo yo que para pedir disculpas como lo hizo, mejor seguir insultando, que por lo menos le ha valido la palmadita en la espalda del jefe.

Lo malo de todo esto es que nunca tendremos acceso al contenido de ese mensaje. No acabo de imaginarme al siempre tibio señor Rajoy diciéndole cosas como “y quién no ha pensado lo mismo” o “es que se visten como putas”, pero estas cosas nunca se saben.

jueves, 21 de octubre de 2010

ZAPATERO, RUBALCABA Y EL BOXEO

Rubalcaba es como uno de esos boxeadores que se han acostumbrado a recibir golpes y más golpes, pero que casi nunca pierde un combate. Se podría decir que gana por cansancio del rival. Y ahora Zapatero lo ha colocado muy cerca de su figura. Ahora, que el cansancio es una mochila que todo el mundo parece arrastrar. El gobierno está cansado de gobernar. La oposición está cansada del talante y la ceja. Y los ciudadanos expresan su hipercansancio en cada una de las encuestas a las que se ven sometidos. Una, recientemente, decía que de celebrarse hoy elecciones, el cincuenta por ciento de los andaluces no iría a votar…

Hace unas semanas, el ahora hombre fuerte del presidente concedía una entrevista a Juan José Millás en la que decía que no le apetecía en absoluto volver a la Moncloa. Es posible que aquello fuera un aviso a navegantes. Puede ser que, visto el rumbo que tomaba el ejecutivo, Rubalcaba se estuviera oliendo su inminente llamada a los sillones más próximos a Zapatero al que podría estar mandándole un mensaje que éste no quiso entender.

La cuestión es que en el momento en que se acercan los asaltos finales, el presidente ha querido reservarse para la batalla los golpes de este púgil de la política. Aunque también hay quien piensa que los cambios de carteras ministeriales tienen que entenderse en clave sucesoria. Y todo eso justo después del más reciente fiasco del nuevo vicepresidente primero: posicionarse tan claramente del lado de la perdedora “señorita Trini”, como dijera Alfonso Guerra. Pero es que la memoria es muy selectiva en esto de la política, y el presidente ha preferido quedarse con su habilidad para manejar situaciones complicadas, su alto perfil político y sus descabezamientos continuos de la cúpula de ETA. Del fracaso de la tregua con los terroristas, el declive del gobierno de Felipe González o la elección continua de la carta equivocada será algo de lo que se ocupe la oposición.

martes, 19 de octubre de 2010

BAJO LOS ADOQUINES…

Francia vive convulsa. Lleva casi una semana de huelgas y a día de hoy el 20 % de las gasolineras del país amanecen con el cierre echado. Ya hay quien compara esta situación con la de mayo del 68, pero establecer paralelismos no deja de ser un ejercicio complicado. Quizá el sonido ronco de los manifestantes se le parezca. Quizá, incluso, el desarrollo de estos primeros días de protesta pueda recordar a aquellos. Es posible que alguien crea que la respuesta social y política sigue un patrón similar. Pero a poco que arañemos la pintura del presente veremos que en nada se parece esta situación a aquella.

El tema que ha encendido los ánimos –y de ello deberían tomar nota nuestros políticos- ha sido la reforma de las pensiones. El otro día le preguntaban a una chica que asistía a una multitudinaria manifestación en París qué era lo que exigían y su respuesta siguió el guión de su naturalidad. “Si prolongan la edad de jubilación, la gente de mi generación tendremos menos puestos de trabajo a los que optar”. Podía haber disfrazado su discurso de romanticismo o adornarlo de retórica izquierdista. Pero no. A ella poco parecía importarle la sociedad de consumo, la cultura de masas, los movimientos políticos en Sudamérica o el duro contexto económico al que se abraza la pretendida reforma. Y mi sensación es que todo eso no le importaba ni a ella ni a los demás. A los que corrían a su lado, delante de la policía, buscando el sentido que no tiene la rebeldía de su edad.

Ya no hay playas bajo los adoquines. La búsqueda del ideal se reduce a encontrar un puesto en el que poder encontrar la estabilidad que la sociedad nos demanda para hacernos mayores y vivir tranquilos. Los sueños hace tiempo que se despojaron de romanticismo y así nos va. Con más de tres millones de franceses pateando el alquitrán sin saber qué le preocupa al que camina a su lado. Aunque ellos al menos caminan. Nosotros miramos. Y así nos va…