jueves, 18 de noviembre de 2010

¿JUSTICIA?

Cuando la justicia llega tarde, se vuelve injusta. Y esta perversión del lenguaje –y de la realidad- es la que ha sufrido en sus carnes la familia de Antonio Meño. Éste lleva veintiún años en coma y durante todo este tiempo, sus padres luchan por demostrar que la situación que vive su hijo es la consecuencia de una negligencia médica.

Ayer el Tribunal Supremo anuló las tres sentencias anteriores, que eran desfavorables a la familia Meño, y ha abierto la posibilidad de empezar de cero. Ahora volverán las declaraciones. Entrarán en escena nuevos testigos. Tocará revivir aquellos días. Y mientras, un espectador, que no aspiraba a serlo, volverá a ser el personaje principal de este nuevo episodio. Aún así, sienten que tienen una nueva oportunidad. Veintiún años después, sí, pero una nueva oportunidad. Les coge con menos fuerzas y con el ánimo gastado, pero no van a dejar de luchar. Llevaban casi un año y medio viviendo en una chabola que se habían construido como medida de protesta cuando la noticia de ayer les llegó lloviznada por los medios de comunicación.

Por el camino han perdido la salud y casi todo lo material. La última sentencia les obligó a pagar 400.000 euros por los gastos judiciales de la parte contraria. Pero lo de ayer les llegó como un soplo de vida. Una inyección de esperanza. Para ellos se ha hecho justicia, pero cuando la justicia llega tarde, se vuelve injusta.

2 comentarios:

  1. Por primera vez y sin que sirva de precedente,no tengo nada que añadir a tu articulo. Esto nos debería avergonzar como sociedad pues al fin y al cabo es la que hemos creado.
    Te animo a que continues poniendo el dedo en la llaga en tu blog.
    Abrazos

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  2. Si tú, jorariteño, no tienes nada que añadir, que ahí quede lo escrito.

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